Reza la oración a María, Madre de la Iglesia, para pedir su intercesión por la protección en la pandemia de coronavirus COVID-19.
Para rescatar nuestra confianza en estos tiempos, vamos a acudir a la Santísima Virgen, bajo el título de María, Madre de la Iglesia, para pedirle su amorosa intercesión por la protección en la pandemia de coronavirus COVID-19 que este momento sigue azotando la humanidad entera.
El 11 de febrero de 2018, la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina del los sacramentos, inscribieron un nuevo Memorial obligatorio de la Santísima Virgen María, Madre de la Iglesia, en el Calendario General Romano. Este memorial será celebrado cada año el lunes después de Pentecostés.
Enseñado por primera vez por San Ambrosio en el siglo IV, el título de "María, Madre de los Iglesia", concedido a nuestra querida Virgen María, fue proclamado por el Beato Pablo VI el 21 de noviembre, 1964, al concluir la tercera sesión del Concilio Vaticano II. Desde entonces un memorial devocional a María ha aparecido en numerosos calendarios diocesanos y nacionales.
Para confiar las necesidades de la Madre Iglesia, en el cuidado maternal de la Santísima Virgen a todos los discípulos de Cristo, El Papa Francisco eligió inscribir el memorial de María, Madre de la Iglesia, para toda la Iglesia universal, como memoria obligatoria.
Oración a María, Madre de la Iglesia para protección en la pandemia de Coronavirus
Oh Virgen María, Madre de la Iglesia, a ti nos encomendamos y a toda la Iglesia en este momento terrible que vivimos con esta pandemia de coronavirus que azota nuestra humanidad.
Guía y asiste a nuestro Santo Padre y a nuestros Obispos en su misión apostólica a través de este tiempo, y ayuda a todos aquellos que cooperan en su misión.
¡María, Madre de la Iglesia! ¡Ilumina al pueblo de Dios por los caminos de la fe, la esperanza y el amor! Tú nos has sido entregada como madre por tu Divino Hijo en el momento de su muerte redentora.
Te pedimos que aumentes nuestra confianza mientras atravesamos estos duros momentos en la Pandemia. Familias separadas, lejos de los sagrarios y sin recibir al Divino Cuerpo de Cristo Sacramentalmente.
Recuérdanos a nosotros tus hijos en este momento, apoya nuestras oraciones para que lleguen con prontitud al Trono de Dios. Preserva nuestra fe, fortalece nuestra esperanza, aumenta nuestra caridad.
¡Inmaculado Corazón! Ayúdanos a vencer la amenaza del mal, que tan fácilmente se arraiga en los corazones de la gente de hoy. Líbranos de la pandemia del Coronavirus y de las demás pandemias que también acaban con la vida humana...
- De las guerras frías o biológicas, de la autodestrucción incalculable de la humanidad, y de todo tipo de guerra, líbranos Madre de la Iglesia.
- De los pecados contra la vida humana desde el momento de su concepción hasta su final, líbranos Madre de la Iglesia.
- De todo tipo de injusticia en la vida de la sociedad, líbranos Madre de la Iglesia.
- De la disposición a pisotear los mandamientos de Dios, líbranos Madre de la Iglesia.
- De los intentos de sofocar la verdad de Dios y de eliminar la libertad religiosa, líbranos Madre de la Iglesia.
- De la pérdida de la conciencia del bien y del mal, líbranos Madre de la Iglesia.
- De los pecados contra el Espíritu Santo, líbranos Madre de la Iglesia.
- De las dificultades de la vida, las crisis nacionales o mundiales, líbranos Madre de la Iglesia.
- De la pandemia de coronavirus, enfermedades y pestes, líbranos Madre de la Iglesia.
- De la pandemia de la pobreza generalizada y la indiferencia hacia los más necesitados, líbranos Madre de la Iglesia.
Oh María, sin pecado original concebido, nosotros que estamos reunidos aquí hoy nos ponemos bajo tu especial protección. Nos proponemos seguir tus pasos e imitar tus virtudes. Obtén para nosotros, oh tierna Madre, la gracia de ser fiel a esta promesa. Amén.
Oración a María, Madre de la Iglesia.
(Compuesta por el Papa Juan Pablo VI)
Esta es una oración a María, Madre de la Iglesia, que puede ser rezada en los momentos de dificultad
Oh Virgen María, Madre de la Iglesia, a ti te encomendamos la Iglesia entera. Tú, que eres la ayudante de los obispos, proteges y asistes a los obispos en su misión apostólica, y a los muchos sacerdotes, religiosos y laicos que colaboran con ellos en sus arduas tareas.
Tú, que has sido entregada como Madre del discípulo más amado, por tu Divino Hijo en el momento de su muerte salvadora, recuerda al pueblo cristiano que se te confía.
Acuérdate de todos tus hijos; apoya sus oraciones dirigidas a Dios; fortalece su fe; haz firme su esperanza; aumenta su amor.
Acuérdate de los que están en tribulación, en necesidad, en peligro, sobre todo de los que sufren persecución y han sido arrojados a la cárcel por la Fe. Para éstos, oh Virgen, obtén fortaleza y acelera el anhelado día de su justa liberación.
Mira con ojos benignos a nuestros hermanos separados y dígnate unirnos, tú que has hecho nacer a Cristo como puente de unión entre Dios y los hombres.
Oh Templo de la Luz, sin sombra y sin mancha, intercede con tu único Hijo, el Mediador de nuestra reconciliación con el Padre, para que Él tenga misericordia de nuestras faltas y elimine todas las disensiones entre nosotros, concediendo a nuestras almas la alegría de amar.
A tu Inmaculado Corazón, oh María, nosotros finalmente encomendamos a toda la raza humana. Lleva a todos al conocimiento del único y verdadero Salvador, Jesucristo; quita los flagelos provocados por el pecado; da a todo el mundo la paz en la verdad, en la justicia, en la libertad y en el amor.
Haz que toda la Iglesia, pueda elevar al Dios de las misericordias, un majestuoso himno de alabanza y de acción de gracias; un himno de alegría y de exultación, por las maravillas que el Señor ha hecho por ti, oh clemente, oh amorosa, oh dulce Virgen María. Amén.
El Papa Francisco decretó en EL 2018, que el memorial obligatorio de María, Madre de la Iglesia, se añada al calendario litúrgico y se celebre cada año el lunes después de Pentecostés.
Mientras continuamos luchando bajo la oscuridad de esta terrible crisis de la pandemia de coronavirus COVID-19, vamos a confiarnos a nosotros mismos, a nuestra parroquias, nuestros sacerdotes, nuestra nación y nuestro mundo, al amoroso cuidado y protección de María, Madre de la Iglesia. Que ella interceda por nosotros ante su Hijo para que podamos ser liberados de esta pandemia y todos sus terribles efectos.