"TU ERES PEDRO Y SOBRE ESTA PIEDRA EDIFICARE MI IGLESIA." Mt. 16, 13:20

sábado, 27 de marzo de 2021

Dom 28 Mar Homilía Domingo de Ramos

  "Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has abandonado?

Evangelio de hoy y lecturas

Primera lectura

Lectura del Profeta Isaías 50, 4-7

El Señor Dios me ha dado una lengua de discípulo;
para saber decir al abatido una palabra de aliento.
Cada mañana me espabila el oído,
para que escuche como los discípulos.
El Señor Dios me abrió el oído;
yo no resistí ni me eché atrás.
Ofrecí la espalda a los que me golpeaban,
las mejillas a los que mesaban mi barba;
no escondí el rostro ante ultrajes y salivazos.
El Señor Dios me ayuda,
por eso no sentía los ultrajes;
por eso endurecí el rostro como pedernal,
sabiendo que no quedaría defraudado.

Salmo

Sal. 21, 8-9. 17-18a. 19-20. 23-24 Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?

Al verme, se burlan de mí,
hacen visajes, menean la cabeza:
«Acudió al Señor, que lo ponga a salvo;
que lo libre si tanto lo quiere». R/.

Me acorrala una jauría de mastines,
me cerca una banda de malhechores;
me taladran las manos y los pies,
puedo contar mis huesos. R/.

Se reparten mi ropa,
echan a suerte mi túnica.
Pero tú, Señor, no te quedes lejos;
fuerza mía, ven corriendo a ayudarme. R/.

Contaré tu fama a mis hermanos,
en medio de la asamblea te alabaré.
«Los que teméis al Señor, alabadlo;
linaje de Jacob, glorificadlo;
temedlo, linaje de Israel». R/.

Segunda lectura

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Filipenses 2, 6-11

Cristo Jesús, siendo de condición divina,
no retuvo ávidamente el ser igual a Dios;
al contrario, se despojó de sí mismo
tomando la condición de esclavo,
hecho semejante a los hombres.
Y así, reconocido como hombre por su presencia,
se humilló a sí mismo,
hecho obediente hasta la muerte,
y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo exaltó sobre todo
y le concedió el Nombre-sobre-todo-nombre;
de modo que al nombre de Jesús
toda rodilla se doble
en el cielo, en la tierra, en el abismo,
y toda lengua proclame:
Jesucristo es Señor,
para gloria de Dios Padre.

Evangelio del día

Pasión de Nuestro Señor Jesucristo según San Marcos 14, 1–15, 47

Apenas se hizo de día, los sumos sacerdotes con los ancianos, los escribas y el Sanedrín en pleno, hicieron una reunión. Llevaron atado a Jesús y lo entregaron a Pilato.
Pilato le preguntó:
S. «¿Eres tú el rey de los judíos?».
C. Él respondió:
+ «Tú lo dices».
C. Y los sumos sacerdotes lo acusaban de muchas cosas. Pilato le preguntó de nuevo:
S. «¿No contestas nada? Mira de cuántas cosas te acusan».
C. Jesús no contestó más; de modo que Pilato estaba extrañado. Por la fiesta solía soltarles un preso, el que le pidieran.
Estaba en la cárcel un tal Barrabás, con los rebeldes que habían cometido un homicidio en la revuelta. La muchedumbre que se había reunido comenzó a pedirle lo que era costumbre.
Pilato les preguntó:
S. «¿Queréis que os suelte al rey de los judíos?».
C. Pues sabía que los sumos sacerdotes se lo habían entregado por envidia.
Pero los sumos sacerdotes soliviantaron a la gente para que pidieran la libertad de Barrabás.
Pilato tomó de nuevo la palabra y les preguntó:
S. «¿Qué hago con el que llamáis rey de los judíos?».
C. Ellos gritaron de nuevo:
S. «Crucifícalo».
C. Pilato les dijo:
S. «Pues ¿qué mal ha hecho?».
C. Ellos gritaron más fuerte:
S. «Crucifícalo».
C. Y Pilato, queriendo complacer a la gente, les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de azotarlo, lo entregó para que lo crucificaran.
C. Los soldados se lo llevaron al interior del palacio —al pretorio— y convocaron a toda la compañía. Lo visten de púrpura, le ponen una corona de espinas, que habían trenzado, y comenzaron a hacerle el saludo:
S. «¡Salve, rey de los judíos!».
C. Le golpearon la cabeza con una caña, le escupieron; y, doblando las rodillas, se postraban ante él.
Terminada la burla, le quitaron la púrpura y le pusieron su ropa. Y lo sacan para crucificarlo.
C. Pasaba uno que volvía del campo, Simón de Cirene, el padre de Alejandro y de Rufo; y lo obligan a llevar la cruz.
Y conducen a Jesús al Gólgota (que quiere decir lugar de «la Calavera»),
C. y le ofrecían vino con mirra; pero él no lo aceptó. Lo crucifican y se reparten sus ropas, echándolas a suerte, para ver lo que se llevaba cada uno.
Era la hora tercia cuando lo crucificaron. En el letrero de la acusación estaba escrito: «El rey de los judíos». Crucificaron con él a dos bandidos, uno a su derecha y otro a su izquierda.
C. Los que pasaban lo injuriaban, meneando la cabeza y diciendo:
S. «Tú que destruyes el templo y lo reconstruyes en tres días, sálvate a ti mismo bajando de la cruz».
C. De igual modo, también los sumos sacerdotes comentaban entre ellos, burlándose:
S. «A otros ha salvado y a sí mismo no se puede salvar. Que el Mesías, el rey de Israel, baje ahora de la cruz, para que lo veamos y creamos».
C. También los otros crucificados lo insultaban.
C. Al llegar la hora sexta toda la región quedó en tinieblas hasta la hora nona. Y a la hora nona, Jesús clamó con voz potente:
+ «Eloí Eloí, lemá sabaqtaní?».
C. (Que significa:
+ «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?»).
C. Algunos de los presentes, al oírlo, decían:
S. «Mira, llama a Elías».
C. Y uno echó a correr y, empapando una esponja en vinagre, la sujetó a una caña, y le daba de beber diciendo:
S. «Dejad, a ver si viene Elías a bajarlo».
C. Y Jesús, dando un fuerte grito, expiró.

C. El velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo.
El centurión, que estaba enfrente, al ver cómo había expirado, dijo:
S. «Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios».

Comentario bíblico


Domingo de Ramos la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo

Queridos hermanos y hermanas de nuestro Señor Jesucristo de nuestra Madre Santísima la Virgen María en este Domingos de Ramos nos introducimos a la semana de  la pascua, muerte y resurrección de nuestro Señor, que es el centro de nuestra fe cristiana, la semana Santa en un momento de recogimiento, sobre todo examinar esta pregunta ¿Jesucristo tuvo que pasar por su pasión, muerte por amor a nosotros entonces qué hacemos nosotros por El?.


En este tiempo de cuaresma que se refleja el color morado al igual que el tiempo de adviento, pero para explicar bien estos dos tiempos  quisiera dar estas dos comparaciones, el de cuaresma Dios te reclama tus pecados para perdonarte, pero en el adviento viene a ti para salvarte para eso a nacido y se a quedado con nosotros para siempre.


Nuestro Señor Jesucristo entra en un burrito triunfante en la ciudad de Jerusalén, donde todo el pueblo Judio se alegran, batiendo palmas, es así como se da la bienvenida a nuestro Rey es nuestro Mesías, Dios Hijo, el Verbo que se a hecho carne, en esa semana iba ser decisivo para nuestro Señor en donde ese lugar iba a ser entregado incluso a darle muerte como nos describe el evangelio Lc 9:22 “diciendo: El Hijo del Hombre debe padecer mucho, y ser rechazado por los ancianos, los principales sacerdotes y los escribas, y ser muerto, y resucitar al tercer día”.


Es por esto que esta semana nosotros tenemos que estar preparados en nuestros corazones para esta Semana Santa lleno de arrepentimiento por nuestros pecados para despues recibir la gracia de su perdón, estar en proceso de conversión para luego ser santos como Cristo quiere para nosotros de lo cual nos llama con carácter de urgencia celebrar estos actos litúrgicos porque un verdadero cristiano católico es aquel que acompaña en los momentos más difíciles que va a pasar nuestro Señor.   


El Sufrimiento de Nuestro Señor  


En esta primera lectura del profeta Isaías nos muestra los actos dolorosos que sufrió nuestro Señor donde todo es violento cruel ante la mansedumbre del gran Mesías, en su pasión nos muestra cuánto amor tiene para la humanidad ya que nosotros somos pecadores de lo cual nos llama a hacer humildes en reconocer para arrepentirnos de lo mal que hemos hecho ya sea con Dios y al prójimo.Esta lectura nos cae bien para este domingo de ramos ya que fueron los primero cristianos que descubrieron estos cantos que tiene que sufrir porque es necesario porque en esto lo lleva para su resurrección sino sería en vano nuestra fe. 


Por Amor a Nosotros no Tomó su Condición Divina 


En esta segunda lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Filipenses nos muestra un gran himno que pone manifiesto la fuerza de la fe de los primero cristianos ya que cantaban en la liturgia de lo cual Pablo de lo cual lo pone en manifiesto para la generación futura, nos enseña nuestro Señor primero la humildad, segundo la entrega, tercero el sacrificio.


La humildad en despegarse de su condición Divina para bajarse al rango de esclavo en esto recae esta pregunta para nosotros ¿Que hacemos nosotros para despojarnos de nuestra soberbia?.

La entrega fue maltratado psicológicamente por los insultos, la burlas, las humillaciones, físicamente fue escupido, golpeado y flagelado ni aun así se quejaba la pregunta que nos recae es ¿Cuánto de nosotros debemos acabar nuestro mal carácter?.


El sacrificio de su sacrificio fue morir en la cruz ya que en esto es el símbolo de todo cristiano católico es más distintivo del cristianismo. Nos recuerda el gran sacrificio que hizo Jesús, el Hijo de Dios, al permitir que le mataran de una forma tan cruel y dolorosa. En la cruz Jesús llevó el castigo que merecíamos cada uno de nosotros por nuestros pecados y lo hizo por amor. A través de la muerte de Jesús en la cruz, Dios nos dio la oportunidad de acceder a la vida eterna con él la pregunta que recae es ¿Que tanto estamos agradecidos y que hacemos para merecer la vida eterna?.


La Pasión de Nuestro Señor 


En este evangelio según San Marcos debe ser valorada para nosotros, las primeras comunidades cristianas las escribió ahora es parte de nuestra herencia, poner nuestros cinco sentidos y personalizarla es el relato más primitivo que tenemos en los evangelios, no podemos explicar en una homilía en todo este texto sobre su pasión porque sería muy extenso.

 

Son profundidades históricas, exegéticas, teológicas, cristológicas.  

1 El juicio ante los sumos sacerdotes, los ancianos, los escribas y el Sanedrín en pleno. 

2 Lo entregaron ante Pilato.

3 La costumbre Judía en el dia de pascua liberar a un preso a Jesucristo o Barrabas.

4 La sentencia que debe ser crucificado.

5 Le ponen una corona de espinas.

6 El maltrato psicológico, físico.

7 Simón de Cirene ayuda a llevar la cruz. 

8 Conduce a Jesucristo al Gólgota.

9 Sigue el maltrato psicológico.

10 Las palabras de Jesucristo.

11 La muerte de nuestro Señor.


Jesucristo pasó todo esto por amor a nosotros como lo describe en otro evangelio Jn 3: 16 “Porque de tal manera Dios amó. que dio a su Hijo unigénito (único), para que todo aquel que cree en Él, no se pierda, sino que tenga vida eterna”. Tuvo una muerte cruel e injusta, porque al morir en la cruz en ese tiempo morían los delincuentes de una forma humillante a la vista de la gente del pueblo de Israel, nuestro Señor es absolutamente santo e inocente.


Estos relatos de la pasión de nuestro Señor ha preparado a Marcos con tres anuncios en marcha a Jerusalén (8,31; 9,31; 10,33-34) no debería sorprender a sus discípulos de lo cual más tarde lo abandonaron al gran maestro, lo negara al igual a Pedro, incluso en la última cena se le advirtieron cómo había de padecer y morir esto nos recaer esta pregunta ¿Porque abandonamos a nuestro Señor incluso negándolo? es porque nos estorba y nos deja vivir que llevamos una vida llena de desorden y de pecados.


Es por eso que debemos enderezar nuestra vida que no sea en vano su pasión, su muerte,porque aunque no nos damos cuenta nos dañamos a nosotros mismos y a los demás ahora la pregunta es en que dos grupos estamos ¿Estamos con el grupo decir felices hosana el Rey de los Judíos en que lo exclamaron en el domingo de ramos o el grupo del viernes santo exclamando crucifíquenlo?.


Todos los aspectos de la lectura de la pasión en Marcos, entre otros muchos posibles, muestran esa teología de gran alcance cristiano, semejante a aquella que encontramos en Pablo, en la carta a los Corintios: «su fuerza se revela en la debilidad». Es lo que se ha llamado, con gran acierto, la sabiduría de la cruz, que es una sabiduría distinta a la que buscaban los griegos y los judíos. El Dios de la cruz, que es el que Marcos quiere presentarnos, no es Dios por ser poderoso, sino por ser débil y crucificado. Es evidente que este es un Dios que escandaliza; por ello se ha permitido que sea un pagano quien al final de la pasión, en el fracaso aparente de la muerte, se atreva a confesar al crucificado como Hijo de Dios.


Como bien decía nuestro querido el Papa Francisco “¿cómo nos sirvió el Señor?” ya que “dando su vida por nosotros. Él nos ama, puesto que pagó por nosotros un gran precio” y agregó que “su amor lo llevó a sacrificarse por nosotros, a cargar sobre sí todo nuestro mal”.  


“Esto nos deja con la boca abierta: Dios nos salvó dejando que nuestro mal se ensañase con Él. Sin defenderse, sólo con la humildad, la paciencia y la obediencia del siervo, simplemente con la fuerza del amor. Y el Padre sostuvo el servicio de Jesús, no destruyó el mal que se abatía sobre Él, sino que lo sostuvo en su sufrimiento, para que sólo el bien venciera nuestro mal, para que fuese superado completamente por el amor. Hasta el final”.


Pongámonos pues bien a los pies de Jesús a los pies de María pidámosle a nuestra Santa Madre que nos ayude a meditar este misterio doloroso de su Hijo en ser buenos y santos que este domingo de ramos Madre Santísima intercede por cada uno de nosotros.  


Paz y bien hermanos, hermanas. 



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