"TU ERES PEDRO Y SOBRE ESTA PIEDRA EDIFICARE MI IGLESIA." Mt. 16, 13:20

miércoles, 31 de marzo de 2021

Jue 01 Abr Homilía Jueves Santo

 

        “ Los amó hasta el extremo 

Evangelio de hoy y lecturas

Primera lectura

Lectura del libro del Éxodo 12, 1-8. 11-14

En aquellos días, dijo el Señor a Moisés y a Aarón en tierra de Egipto:
«Este mes será para vosotros el principal de los meses; será para vosotros el primer mes del año. Decid a toda la asamblea de los hijos de Israel: “El diez de este mes cada uno procurará un animal para su familia, uno por casa. Si la familia es demasiado pequeña para comérselo, que se junte con el vecino más próximo a su casa, hasta completar el número de personas; y cada uno comerá su parte hasta terminarlo.
Será un animal sin defecto, macho, de un año; lo escogeréis entre los corderos o los cabritos.
Lo guardaréis hasta el día catorce del mes y toda la asamblea de los hijos de Israel lo matará al atardecer”. Tomaréis la sangre y rociaréis las dos jambas y el dintel de la casa donde lo comáis. Esa noche comeréis la carne, asada a fuego, y comeréis panes sin fermentar y hierbas amargas.
Y lo comeréis así: la cintura ceñida, las sandalias en los pies, un bastón en la mano; y os lo comeréis a toda prisa, porque es la Pascua, el Paso del Señor.
Yo pasaré esta noche por la tierra de Egipto y heriré a todos los primogénitos de la tierra de Egipto, desde los hombres hasta los ganados, y me tomaré justicia de todos los dioses de Egipto. Yo, el Señor.
La sangre será vuestra señal en las casas donde habitáis. Cuando yo vea la sangre, pasaré de largo ante vosotros, y no habrá entre vosotros plaga exterminadora, cuando yo hiera a la tierra de Egipto.
Este será un día memorable para vosotros; en él celebraréis fiesta en honor del Señor. De generación en generación, como ley perpetua lo festejaréis».

Salmo

Sal 115, 12-13. 15-16. 17-18 R/. El cáliz de la bendición es comunión de la sangre de Cristo

¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando el nombre del Señor. R/.

Mucho le cuesta al Señor
la muerte de sus fieles.
Señor, yo soy tu siervo,
hijo de tu esclava:
rompiste mis cadenas. R/.

Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando el nombre del Señor.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo. R/.

Segunda lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 11, 23-26

Hermanos:
Yo he recibido una tradición, que procede del Señor y que a mi vez os he transmitido: que el Señor Jesús, en la noche en que iba a ser entregado, tomó pan y, pronunciando la Acción de Gracias, lo partió y dijo:
«Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía».
Lo mismo hizo con el cáliz, después de cenar, diciendo:
«Este cáliz es la nueva alianza en mi sangre; haced esto cada vez que lo bebáis, en memoria mía».
Por eso, cada vez que coméis de este pan y bebéis del cáliz, proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva.

Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Juan 13, 1-15

Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo.
Estaban cenando; ya el diablo había suscitado en el corazón de Judas, hijo de Simón Iscariote, la intención de entregarlo; y Jesús, sabiendo que el Padre había puesto todo en sus manos, que venía de Dios y a Dios volvía, se levanta de la cena, se quita el manto y, tomando una toalla, se la ciñe; luego echa agua en la jofaina y se pone a lavarles los pies a los discípulos, secándoselos con la toalla que se había ceñido.
Llegó a Simón Pedro, y este le dice:
«Señor, ¿lavarme los pies tú a mí?».
Jesús le replicó:
«Lo que yo hago, tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás más tarde».
Pedro le dice:
«No me lavarás los pies jamás».
Jesús le contestó:
«Si no te lavo, no tienes parte conmigo».
Simón Pedro le dice:
«Señor, no solo los pies, sino también las manos y la cabeza».
Jesús le dice:
«Uno que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque todo él está limpio. También vosotros estáis limpios, aunque no todos».
Porque sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo: «No todos estáis limpios».
Cuando acabó de lavarles los pies, tomó el manto, se lo puso otra vez y les dijo:
«¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis “el Maestro” y “el Señor”, y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros: os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis».

Comentario bíblico

La Pascua Judía y la Última Cena Memoria su Cuerpo y Sangre Eucarístico


Queridos hermanos y hermanas de nuestro Señor Jesucristo de nuestra Madre Santísima la Virgen María, en esta lectura del libro del Éxodo nos muestra una de las grandes celebraciones del pueblo Judio que es el primer mes de Abid (marzo-abril; cf. Ex 13.4)  llamado también de Nisán (cf. Neh 2,1; Est 3,7). Pascua del Señor. La pascua Judía está relacionada de la liberación del pueblo de Israel de la esclavitud de los Egipcios, es la conmemoración anual más importante para el pueblo hebreo (Lv 23,5; Nm 9,1-5; 28,16; Dt 16,1-2).


Pero para los Cristianos Católicos también tenemos, nuestra pascua ya que Cristo que es Dios nos liberó del pecado que es la peor esclavitud que todo ser humano tiene, murió en la Cruz a la vez resucito (Juan 1:29) La pascua (heb. pasaj) se asocia con el verbo pasaj, que significa saltar, pasar por alto o pasar de largo.


La Pascua tanto Judía como la de Cristiana las dos religiones más antiguas del mundo tiene una gran similitud que ambos festejan sus liberaciones cada uno de diferente manera,uno de los Judíos la liberación de la opresión Egipcia y otro el de los Cristianos Católicos que libera los pecados, en la última cena el Señor Jesucristo lo celebra con sus apóstoles la pascua Judía porque Él es Judio pero sin olvidar que inaugura la pascua Cristiana Católica.


En esta segunda carta del Apóstol San  Pablo a los Corintios nos habla muy claro la última cena del Señor Jesucristo ya que de parte de él ha recibido esta tradición, todo Cristiano Católico sabe que se trata de que su Cuerpo y Sangre es la presencia real del Señor en el pan y le vino.


Es por eso que el numeral del catecismo de la iglesia católica nos los dice con mucha claridad  1333 “En el corazón de la celebración de la Eucaristía se encuentran el pan y el vino que, por las palabras de Cristo y por la invocación del Espíritu Santo, se convierten en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Fiel a la orden del Señor, la Iglesia continúa haciendo, en memoria de Él, hasta su retorno glorioso, lo que Él hizo la víspera de su pasión: "Tomó pan...", "tomó el cáliz lleno de vino...". Al convertirse misteriosamente en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, los signos del pan y del vino siguen significando también la bondad de la creación. Así, en el ofertorio, damos gracias al Creador por el pan y el vino (cf Sal 104,13-15), fruto "del trabajo del hombre", pero antes, "fruto de la tierra" y "de la vid", dones del Creador. La Iglesia ve en en el gesto de Melquisedec, rey y sacerdote, que "ofreció pan y vino" (Gn 14,18), una prefiguración de su propia ofrenda (cf Plegaria Eucaristía I o Canon Romano, 95; Misal Romano)”.


En la Antigua Alianza, el pan y el vino eran ofrecidos como sacrificio entre las primicias de la tierra en señal de reconocimiento al Creador. Pero reciben también una nueva significación en el contexto del Éxodo: los panes ácimos que Israel come cada año en la Pascua conmemoran la salida apresurada y liberadora de Egipto. El recuerdo del maná del desierto sugerirá siempre a Israel que vive del pan de la Palabra de Dios (Dt 8,3). Finalmente, el pan de cada día es el fruto de la Tierra prometida, prenda de la fidelidad de Dios a sus promesas. El "cáliz de bendición" (1 Co 10,16), al final del banquete pascual de los judíos, añade a la alegría festiva del vino una dimensión escatológica, la de la espera mesiánica del restablecimiento de Jerusalén. Jesús instituyó su Eucaristía dando un sentido nuevo y definitivo a la bendición del pan y del cáliz.


El Servidor Humilde y el Amor Hasta Lo Extremo


En este hermoso evangelio según San Juan nos muestra que Jesucristo nos amó hasta lo extremo, también habla que el diablo se apoderó el corazón de Judas porque se sucumbió a la tentación por el hecho que nunca creyó que Jesús era Dios ni siquiera estaba convencido que era el Mesías, también porque tenía muy poca relación con el Señor,también era consumido por la avaricia a punto de traicionar la confianza de Cristo hasta los mismos discípulos, adicionalmente creyó que iba ocupar un reino terrenal, de actuar mal al libre albedrío,no tuvo capaz de tomar sus propias decisiones con todo esto el diablo se aprovechó y se apoderó.


Al igual que a nosotros se apodera en nuestros corazones porque comentemos tantos pecados en nuestra vidas de lo cual nos aleja de Él a la vez perdemos toda gracia santificante que nos conduce al fuego eterno es por eso que nos dice muy claro el Santo Cura de Ars en el sermón de las tentaciones “Nos dice también San Pedro: Vigilad constantemente, pues el demonio está rondando cerca de vosotros como león rugiente, que busca a quien devorar. Y el mismo Jesucristo nos dice: Orad sin cesar, para que no caigáis en la tentación: es decir, que el demonio nos acecha en todas partes. De manera que es preciso contar con que, en cualquier parte o en cualquier estado que nos hallemos, nos acompañará la tentación”. 


Para eso debemos ser humildes en reconocer nuestro pecados, porque así cuando vamos al sacramento de la confesión, nuestra alma se sana, se santifica, nos cae la misericordia de Dios y de inmediato el diablo huye porque no resiste que nos hemos estado reconciliando con Dios a la vez en la iglesia  por eso nos dice este numeral del catecismo de la iglesia católica 1422 "Los que se acercan al sacramento de la penitencia obtienen de la misericordia de Dios el perdón de los pecados cometidos contra Él y, al mismo tiempo, se reconcilian con la Iglesia, a la que ofendieron con sus pecados. Ella les mueve a la conversión con su amor, su ejemplo y sus oraciones" (LG 11)”. 


Lo primordial aquí en este evangelio nos conlleva que aunque no se mencione la última cena pues instituye la Eucaristía, el sacramento del sacerdocio, el amor o la ayuda fraterna si se habla estos grandes temas sería interminable, pero rescataremos el lavado de los pies ya que nuestro Señor da un gesto de humildad siendo Dios a servido al hombre, esto les enseña aquel que ocupa un alto puesto en padres de familia, empresarios, políticos su prioridad es servir con humildad sin queja alguna (Mc 9: 35) “ Jesús se sentó, llamó a los doce discípulos y les dijo: «Si alguien desea ser el primero, será el último de todos y el servidor de todos»”.


Pedro en su amor a Jesucristo en humildad no quería que el gran maestro, el Mesías, el Hijo de Dios le lavara los pies porque se sentía indigno porque sabía quién era el Señor de lo cual ya había reconocido desde más antes (Mt 16, 13-20), pero el Señor le replicó que lo comprenderia mas tarde entonces pidió que le lave las manos y la cabeza pero Jesucristo le dice que no es necesario porque está limpio al igual que a todos sus discípulos menos uno porque sabía que uno lo traicionaria pues es Judas Iscariote.


Es por eso que todos los Jueves Santos lo realiza porque el lavatorio de pies simboliza la vocación de servicio, la humildad y la igualdad que todos sus fieles deben practicar.Entonces nos llama también a servir con humildad no importa en qué puesto estamos como bien decía nuestro querido el Papa Francisco Si un discípulo no camina para servir no sirve para caminar.  Si su vida no es para el servicio, no sirve para vivir como cristiano. Y allí se encuentra la tentación del egoísmo: ‘Sí, yo soy cristiano, para mí estoy en paz, me confieso, voy a Misa, cumplo los mandamientos’.  ¡Pero el servicio!  A los demás: el servicio a Jesús en el enfermo, en el encarcelado, en el hambriento, en el desnudo.  ¡Lo que Jesús nos ha dicho que debemos hacer porque Él está allí! El servicio a Cristo en los demás”.


Pongámonos pues bien a los pies de Jesús a los pies de María pidámosle a nuestra Santa Madre que nos enseñe a servir a los demás, ser humildes y que nos proteja de las tentaciones porque nos lleva traicionar a su Hijo Jesucristo que este jueves santo intercedas por cada uno de nosotros.


Paz y bien hermanos, hermanas. 

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