Especie de bolsa adornada con un símbolo litúrgico, en donde el viatico o el relicario se conservan.
Por: Redacción Catholic.net | Fuente: tallereseclesiasticosbelen.com
Porta viatico o porta relicario: es una especie de bolsita, de diversos materiales (tela, cuero, piel, plástico), que puede ir adornada con algún símbolo litúrgico. Lleva un cordón lago (para poder colgarse al cuello),y evitar que se caiga. Asi el ministro trasporta el viatico o el relicario.
Viático provisiones para el camino): con este nombre se indica el sacramento de la eucaristía dado a los moribundos, según las palabras del Señor: “Quien come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día” (Jn 6,54). “A ser posible, el v. debe recibirse en la misa, de modo que el enfermo pueda comulgar bajo las dos especies, ya que, además, la comunión en forma de v. ha de considerarse como signo peculiar de la participación en el misterio que se celebra en el sacrificio de la misa, a saber: la muerte del Señor y su tránsito al Padre” (RUE 26). Esta comunión es alimento y fuerza para el decisivo viaje a la eternidad.
RELICARIO: El cristianismo denomina reliquias a los restos de aquellas personas que han sido santificadas. Por extensión, se conoce como reliquia a las cosas que pertenecieron a los santos o que tuvieron algún tipo de contacto con ellos.
En los comienzos del cristianismo, las persecuciones hicieron que los objetos vinculados a las personas que murieron por defender su fe adquirieran un gran valor. Los clavos que se usaban para crucificar a los mártires y las sábanas con las que cubrían sus cuerpos, entre Muchos otros objetos, se transformaron en reliquias.
Para la custodia de estas reliquias, se crearon los relicarios. Estos estuches, cajas, cofres y arquetas permitían proteger las reliquias, dejándolas a resguardo. Con el tiempo, los relicarios empezaron a exhibirse en templos y otros sitios y adquirieron una estética similar a la de una obra artística. De este modo, los relicarios comenzaron a realizarse con materiales muy valiosos y a exhibir diferentes tipos de ornamentaciones.
La Catedral de Valencia, en España, cuenta con algunos de los relicarios más importantes del mundo. En ellos se encuentran las reliquias de San Luis Bertrán y San Juan de Ribera, entre otros santos.
Por su valor simbólico o económico, los relicarios muchas veces son objetos de interés para los ladrones. En enero de 2014, por ejemplo, delincuentes robaron un relicario de Juan Pablo II de la iglesia San Pietro della Ienca, ubicada en la ciudad italiana de L’Aquila.
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